4 de diciembre de 2023 - Julia

Ganarse la vida con el sexo

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La inclusión de la mujer en el mercado laboral se ha incrementado muchísimo en las últimas décadas. Sin llegar al punto que muchos aseguran que ya hemos alcanzado, el de la absoluta igualdad, sí que es cierto que la situación de la mujer en el trabajo ha mejorado un abismo con respecto a hace cincuenta o sesenta años. Las chicas están mejor preparadas y son más independientes, lo que ha traído también  ciertas consecuencias que están desestabilizando al sistema tal y como lo conocemos. Si antes el hombre proveía y la mujer simplemente cuidaba de la casa y los hijos, ahora que la mujer también trabaja, ¿quién se ocupa de las labores familiares y del hogar? La tan manida conciliación es como una utopía todavía a día de hoy, aunque se hayan dado pasos en esa dirección. Ser madre, tener una vida laboral activa y no descuidar tu propia forma de ser femenina y social puede parecer un malabarismo imposible. De ahí que muchas cosas estén cambiando.

Hoy se mira raro a la chica que no quiere trabajar y simplemente busca estar en casa y cuidar a su familia. Se la tacha de “poco empoderada”, a pesar de que en muchos casos es una decisión consciente que toman, sopesando los pros y los contras. No es que esa chica no pueda estudiar o tener un buen trabajo, porque algunas incluso lo han demostrado. Es que, siendo conscientes de lo complicado que es compaginar eso con su vida familiar, deciden apostar por esta última, al considerarla más importante. Contar con un marido que ya lleva dinero a casa puede ser suficiente para la economía familiar, y ellas aportan otro tipo de valor a la relación. Sin embargo, son muchas las que están en el extremo opuesto. Ganan mucho dinero, son muy independientes e incluso desechan la idea de formar una familia, porque no quieren “atarse” a nada más allá de su propia vida. Es una visión que también se ve como egoísta, pero que no deja de ser, al fin y al cabo, una correspondencia con lo que se espera de las mujeres hoy en día. Han entrado en el sistema, y ahora tratan de aprovecharlo, utilizando un arma que en este sentido les da incluso ventaja: el sexo.

Un tabú que se está rompiendo

El sexo es un tema que todavía provoca muchos tabúes en la sociedad… Algo que sorprende teniendo en cuenta que estamos viviendo el momento más hipersexualizado de la historia, a nivel cultural. Tal vez en los años 80 tuvimos otro pico en este sentido, con artistas como Madonna desnudándose en videoclips y libros de arte erótico, el porno imponiéndose como una industria millonaria o el cine comercial mostrando muchos desnudos. Sin embargo, hoy el sexo está más velado, pero a la vez es más explícito. Los bailes sugerentes de las chicas en Tiktok, llenos de likes por parte de una inmensa mayoría de hombres, son la mejor constatación de que el sexo vende, y mucho. Y aunque los bailes sean la consecuencia de ese axioma, también son a su vez una causa de que muchas chicas decidan seguir esa estela, porque es muy lucrativa.

Las mujeres se han dado cuenta de que pueden hacer uso de su sexualidad para conseguir ingresos de una forma rápida y eficaz. Y no, no es algo que haya sucedido ahora, pero es cierto que en estos años, de la mano del empoderamiento femenino, se ha justificado esa acción, siempre poniendo a la mujer como foco de las decisiones. Las chicas que se desnudan en Onlyfans lo hacen porque quieren, nadie las está obligando. Eso las convierte en dueñas de su propio destino, y como tal, hacen con su cuerpo lo que más les convenga. Y en este caso, puede ser crear vídeos y fotos pornográficas para ganar miles de dólares al mes, de una manera muy sencilla. Onlyfans se ha convertido en la vía rápida de muchas jóvenes para convertirse en millonarias, porque se han dado cuenta de que no hace falta esforzarse demasiado… si estás dispuesta a mostrar carne.

Porno, prostitución y Onlyfans

Las mujeres, inteligentes por naturaleza, entran en un sistema que premia a todo aquel capaz de producir ingresos de una manera eficiente. Es decir, en el capitalismo no se premia realmente el esfuerzo, o el mérito, sino el tener una buena idea y ser capaz de llevarla más allá, hasta generar millones. Muchos gurús informáticos han visto su vida resuelta por una feliz idea. También aquellos que crean una canción muy famosa, y pueden vivir de las rentas. Teniendo esto en cuenta, las mujeres pronto entendieron que el sexo era algo que generaba mucho dinero, y supieron aprovecharlo. Los hombres estaban dispuestos a pagar por ello, tanto de manera física y explícita como por simples fotografías o vídeos. De ahí que cada vez sean más las que se decidan a vivir del sexo, con todo lo que eso implica.

Si no lo han hecho de manera masiva hasta ahora es precisamente por el tabú que todavía sigue existiendo en torno a este tipo de temas. La mujer todavía es vista por la sociedad como un ser sumiso, sexual, por supuesto, pero no por decisión propia, sino por mandato del hombre. Cuando es la mujer la que toma la iniciativa y de manera voluntaria se convierte en escort, la gente se escandaliza. Cuando vende su cuerpo a cambio de dinero, como quien vende sus ideas o su fuerza a la hora de cargar y descargar camiones, la gente se echa las manos a la cabeza. Porque sienten que no es lo mismo, y es el tabú moral lo que lo diferencia. Sin embargo, la pornografía está mucho más justificada y normalizada, aun siendo una industria también oscura y llena de problemáticas. Con Onlyfans, las cosas están empezando a cambiar en el sentido de que ahora son las chicas las que toman sus propias decisiones y eligen lo que quieren y no quieren hacer.

¿Empoderamiento o claudicación al sistema?

Y aquí llegamos a la gran disyuntiva de este debate: ¿son estas mujeres realmente libres y empoderadas o solo le hacen el juego a un sistema que sigue siendo patriarcal? Para analizar esto, debemos entender que la visión que muchos tienen sobre estos trabajos relacionados con el sexo es la de convertir a las mujeres en simples objetos. Sin embargo, esa es una banalización que, a estas alturas, se queda muy corta. Podríamos decir pues que para una empresa no somos personas, sino simples empleados intercambiables que no tienen el más mínimo valor. Lo mismo con los bancos, entidades que solo nos ven como números en una pantalla, y no como personas reales. Es un problema no de las mujeres, sino del propio sistema, que aliena al ser humano y lo deshumaniza. Ellas solo están aprovechando su oportunidad.

Muchas veces se critica a las chicas que viven del sexo por considerar que “no saben hacer otra cosa” y que se rebajan a lo fácil. Sin embargo, como ya hemos expuesto, son consideraciones meramente morales, que devienen de una educación normalmente muy limitada y llena de represión sexual por parte de esas personas. El sexo, para ellos, es algo oscuro, o al menos algo que debe mantenerse en la intimidad. Si una chica que no ha estudiado nada se abre Onlyfans con 18 años y empieza a ganar miles de dólares, ¿cómo vamos a explicarle a esa chica que quiere ser profesora o médica que tendrá que pasarse años estudiando y sacrificándose para llegar a ganar la mitad? Se apunta contra estas mujeres pero no contra la verdadera falla, que está en el sistema, más allá de si ellas son realmente empoderadas o no.